refugio interior

7.6.07

barrio


haciendo repaso a los devenires que la vida nos ha traído a los que fuimos compañeros de colegio o instituto y/o antiguos amigos, llegué a las siguientes conclusiones:

-la mayoría están casados y con hijos.
-algunos se han divorciado o más les valdría hacerlo.
-dos han muerto.
-los que prometíamos como maricas terminamos por demostrar que era verdad.
-las tripas, calvas y michelines han asegurado su imperio en nuestros cuerpos.

y...ahora más que nunca, empiezo a comprender que los que fueron ya no son, y los que no éramos empezamos a ser. los ciclos vitales. el continuo caminar, proseguir...


7 comentarios:

Unknown dijo...

Tus palabras son un reflejo de las vivencias y pensamientos de, seguro, muchos, pero no puedo sino decir que podría subrayar todo el párrafo para hacerlo mío.

A veces hace falta crecer para saber quienes somos. Yo no sentí empezar a ser yo mismo hasta que cumplí los 16 (larga historia), y ahora, cuando veo a mis compañeros (sí, alguno hay con quien aún mantengo relación) aún se sorprende cuando ve en qué nos hemos convertido.

El pasado nos ata con fuertes cadenas, pero aquellos que fueron nuestros compañeros de patio son siempre el perfecto ejemplo del a veces obsceno devenir de los cambios de la vida en un tiempo tan relativamente breve.

Toda esta palabrería para decir, simplemente, que es increíble lo que el tiempo hace con nosotros... soy un caso.

Un fuerte abrazo, amigo :)

Irene dijo...

Se nota el paso del tiempo y las nuevas generaciones que vemos crecer todavía nos dan más esa sensación de que somos ya carrozones. Te lo digo por el vídeo que has puesto de sor ye-ye. Hoy en día no puedo imaginar niños como esos. A los 9 ya pululan por chats, juegan al pokemon y escuchan música máquina o rock duro.
Me aterra pensar como seré dentro de unos años, cuando me salgan arrugas y canas. Pensé que serías más de mi quinta, por la foto en tu avatar del blog, pero si hablas de barrigas, calvas y experiencias vitales debes de estar ya en la cuarentena.
Todos llegamos y seguimos atemorizados por el declive físico, pero es ley de vida. Una ley injusta pero que todos acatamos.
No mires atrás en el tiempo o acabarás convertido en una estatua de sal. Mejor vivir el presente.
Un abrazo

kozmicboy dijo...

bueno, de momento estoy en los 30 a punto de 31 y tripa sí que tengo, ejem, aunque pelo afortunadamente lo tengo de momento todo en su sitio. y con respecto a mirar al pasado, es cierto que a veces recuerdo, como todos, pero no me siento atado por él hasta el punto de vivir en él, añoro ciertas cosas o a algunas personas, pero cada vez soy más consciente de que vivir el presente es lo único que podemos hacer, porque nada más existe.
añorar el pasado es correr tras el viento!
gracias por vuestro comentarios, abrazos!

El Peregryno dijo...

Bueno, Bukowsky llevaba razón cuando escribía aquello de que hay que reinventarse continuamente, evitar la mediocridad, verdad?
El caso es que la vida te pudre, la juventud tal vez sea sólo el nivel de empecinamiento que tenemos en llevarle la contraria, o acaso la habilidad.

Luna Agua dijo...

Siempre nos sentimos más viejos si miramos el ayer.
Pero cuando vemos tanta cosa wue hacer y las concexiones neuronales el cuerpo obedece, es que hay que "vivir". De la edad que sea.

Besos

kozmicboy dijo...

vivamos pues!!

Irene dijo...

¡¡carpe diem!! y sí, entonces eres de mi quinta o de mi treintena..
Besos


el amor se esconde dentro del arco iris
el amor se esconde en estructuras moleculares
el amor es la respuesta

j. morrison