© Becki Jayne Harrelson
No podía explicar el por qué de aquella situación. Habían sido amigos durante años, aunque eso no era lo más importante. Su amistad había sido fuerte, estrecha, íntima, amorosa, fiel...hasta ese momento.
De repente el silencio, sssssssssssssssssssshhhhhhhhhhhhhhhuuuuuuuuuuuuuuuuuu..........
la frialdad, el encono y la indiferencia fingida. Una losa pesada que no siempre era fácil de llevar.
Esa sonrisa forzada cuando se habían encontrado en el bar, ese "hola, qué tal estás" cínico, seco y para salir del paso que ambos habían susurrado como si de un mantra de protección frente al enemigo se tratara. Dónde están ahora las horas pasadas en compañía, los sueños compartidos, las alegrías celebradas y las penas lloradas a medias? Qué extraño maleficio se había extendido velada y soterradamente entre ambos?
Ahora poco importaba todo eso. Quedaba el recuerdo y un incierto futuro por delante. El futuro siempre esta ahí, esperando, solo que a veces no se parece a la idea que nos hemos fabricado sobre el mismo. A veces, las ideas sobre lo que sentimos superan a los propios sentimientos, que desarmados del poder de la ilógica de la atracción, se vuelven en nuestra contra.
Tanto como se habían querido y ahora...sólo había sentido al verlo el beso de judas...
escuchando: dear god, please help me. morrissey