tiempo
anoche, como todas las noches, hablé con mi padre por teléfono.
me recordó que mañana, tal día como mañana hace dieciséis años,
recibí una paliza, un domingo, es verdad, era domingo...
ya no me acordaba...
estrenaba pantalones de verano, todos los años
el mismo ritual...
la ley no escrita de la moda de domingo,
según mi madre,
decía que en verano, sólo en verano,
se podían y debían usar pantalones blancos.
aquellos pantalones quedaron asustados después de
aquello.
nunca más vieron la luz...
extraña tarde la de aquel mayo casi junio.
recuerdo los gritos como ladridos
lejanos,
los golpes y
la mano salvadora que
me levantó del suelo y me sacó de
la jauría.
no es cierto que el tiempo
todo lo cura pero,
lo curioso es que ya ni me acordaba
de la fecha...
y es que hay tantas cosas que recordar,
para qué perder así el tiempo,
con lo que me gusta perderlo a mi manera,
a mi modo, con quien yo quiera...
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