refugio interior

21.8.08

aquí estoy todavía


Aquí estoy todavía

(salmo responsorial)

Nací feliz y pequeño,
demasiado sensible decían todos.
El muñeco de mis hermanas,
la niña de los ojos de mi madre,
el heredero de mi padre,
el guardián de secretos de mi abuela,
el compañero de juegos de mis primos...
nací feliz y pequeño.

Y aquí estoy todavía, aleluya.

Aprendí pronto a hablar,
a decir por favor y gracias
y a cantar: Jesús me ama, bien lo sé...
Aprendí los nombres de las cosas
y cómo recitar un poema.
Crecí en una mata de sandía
y comiendo helados a escondidas.
Aprendí los nombres de las cosas.

Y aquí estoy todavía, aleluya.

Descubrí pronto lo que es la ignorancia,
el odio y la tristeza.
Recibí golpes, palizas e insultos
años y años en la escuela,
pero yo ya sabía los nombres de las cosas
y el poder que tienen las palabras.
Crecí sintiéndome un raro
que sabía demasiado.

Y aquí estoy todavía, aleluya.

Tuve tiempo de conocer el amor,
la música, el arte, la amistad, la poesía.
De ver otros caminos,
de buscar nuevas salidas.
Entonces el dolor se instaló en nuestra casa,
la enfermedad, el cansancio,
las partidas.
Perdí a madre, a la abuela, a mi amiga cuando más falta me hacían.

Y aquí estoy todavía, aleluya.

Y doy gracias al Espíritu que da vida,
por todo el sufrimiento,
por cada paso dado y cada caída,
por cada resaca dolorosa
y cada pesadilla vivida.
Gracias por todo lo aprendido, lo vivido,
lo que puedo contemplar mientras viva.
Por respirar un nuevo día.

Y aquí estoy todavía, aleluya.




17.8.08

federico


que un día como hoy te mataron, federico.
por poeta,
por rojo
y por maricón.
por eso mismo te amo yo.


4.8.08

buda, mi colega

tengo que limpiar el buda del escritorio,
que está lleno de mugre y polvo,
sobre todo por el pecho y la barriga; ah,
hemos pasado tantas noches juntos; hemos
soportado la trivialidad y el horror; en momentos turbios
nos hemos reído
limpiamente. ahora
lo menos que se merece es un buen
repaso
con un paño húmedo;
algunas noches, muy largas,
han sido verdaderamente terribles,pero
el buda ha sido una compañía agradable
y tranquila; no llega a mirarme nunca, pero
nunca deja de reírse. se ríe
de esta porquería de
vida: no hay nada que hacer.

"limpiarme ¿para qué?", me pregunta, "volveré a
ensuciarme".
"finjo compartir una necia cordura", le
contesto.
"bébete el vino", responde, "tú sirves para
eso".
"y", le pregunto: "¿para qué sirves
tú?"
replica: "para casi
mirarte".

luego se calla.
lleva una sarta de cuentas con una
borla.

¿cómo ha llegado hasta
aquí?


c. bukowski



el amor se esconde dentro del arco iris
el amor se esconde en estructuras moleculares
el amor es la respuesta

j. morrison