el tren

la estación vacía. sólo estás tú.

esperas el tren.

tu maleta, tu mochila, tu vida en una caja.

sin mirar atrás. sin lágrimas.

subes y buscas.

tu sitio. un lugar.

los campos se suceden.

las torres de las viejas iglesias te vigilan.

ciudades dormitorio.

poblados de chabolas anuncian la gran ciudad.

la mirada de un viajero con la tuya.

la hora de llegada.

has llegado.

al punto de partida.

amigos w.c.

foto: dash snow

acostumbraba a esconderse en los servicios del instituto. era su refugio favorito para poder estar solo, mientras los demás iban a clase. se metía en uno de los retretes, se sentaba encima de la taza, se ponía los cascos, subía el volumen y fumaba un cigarrillo detrás de otro.

un día un golpe le sobresaltó, abrieron la puerta de su escondite y alguien se metió corriendo echando el cerrojo.

-hola...

-hola...¿qué haces aquí?-dijo el intruso-.

-¿y tú?

-estoy escondiéndome del jefe de estudios.

-¿y eso?

-porque ha llamado a mi madre, creo que me van a echar.

-¿y qué es lo que has hecho?

-nada, nada...joder, un malentendido...dice que soy yo el que robó los ordenadores y quemó la cafetería.

-ya...y eso es imposible, claro.

-por supuesto, joder, no he sido yo, no he sido yo...¿es que no me crees? ¿por qué te ríes?

-porque...he sido yo. ¿quieres un pito?

nueva vida

hace un año terminó tu vida junto a nosotros. tenías un viaje pendiente y al final, claro, llegó el día de tu partida. imagino que andarás ocupada en alguna misión ultrasecreta de las que te gustan a ti. nosotros hemos pasado este año un poco tristes porque ya no escuchamos tu risa, ni participamos de tu surrealista sentido del humor, de tus abrazos y besos. pero sabemos que era necesario que hicieras el viaje, aquí ya habías cumplido tu etapa y tenías nuevos proyectos, y la vida es eso avanzar, evolucionar, transformarse...no te preocupes vamos tirando, el amor que nos dejaste suple todas las dificultades y aquí seguimos luchando hasta que podamos hacer el viaje nosotros también.

mamá la cómica, mamá la seguidora de Jesús el Maestro, mamá la confidente, mamá la amiga del alma... mamá, es hermosa la luz. ¿verdad?

quizás

él trabajaba en una pequeña oficina. ella era la dueña de una mercería en el barrio viejo. llevaban tres años como novios formales, no se decidían a dar el gran paso: el santo matrimonio. aun eran jóvenes, les faltaban un par de años para los 50 más o menos. además estaban tan ocupados con sus trabajos, cuidar de sus ancianas madres, las reuniones de la cofradía del santo prepucio, dar clases de catequesis a los niños del barrio...

a veces, se permitían el lujo de tomarse un granizado de limón en el bar del gran hotel, mientras veían pasar a las felices familias cargadas de hijos, a través de las viejas ventanas del local.

-quizás el año que viene seamos nosotros, ¿verdad, cariño?

-sí claro, quizás...

por la noche estaban tan cansados al llegar a casa que casi ni rezar podían antes de dormirse.

él, a veces no se acordaba de quitarse el maquillaje cuando volvía del cabaret donde tantos galanes le habían cortejado.

ella llegaba tan borracha del bingo que a veces dormía vestida en el sofá.

quién sabe, quizás el año que viene, quizás...